Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Políticas de Prevención Para el consumo de Drogas en los Niños de la Calle (página 2)



Partes: 1, 2

Nuestro plan de investigación concierne los niños y
el mundo tal como ellos lo viven y no los programas
de asistencia para los niños de la
calle. Así, no se busca juzgar los dierentes tipos
de intervención. Sin embargo, dada la
orientación general de la
investigación, nos parece importante de
localizarla en el campo de los projectos de tipo
no-normativo. Estos son, en efecto, los que introducen
el mínimo de modificaciones y de elementos ajenos en
el mundo del niño de la calle. En este
contexto, resulta más fácil de abordar al
niño de la calle en su ambiente
"natural".

A propósito de la orientación
general de nuestro proyecto de
investigación, nos limitaremos a formular
dos observaciones:

La primera concierne la concepción
general de la investigación. Desde el inicio, deseamos
asociar a nuestros trabajos los educadores de la
calle y los asistentes sociales, quienes tratan a diario (p.
114)
con los niños. La
investigación no debe superponerse sino integrarse a su
trabajo. Las
informaciones necesarias a nuestra
investigación serán recolectadas en el marco de sus
actividades cotidianas.

Evitamos así la intervención
de investigadores extraños al mundo del niño y cuya
presencia temporal podría constituir un
elemento perturbador de efectos imprevisibles. Esperamos
también poder
utilizar gradualmente los nuevos conocimientos
adquiridos para mejorar el bienestar del niño. La idea es
que esta investigación contribuya, ya durante
su realización, a un mejor conocimiento
de las relaciones que el niño establece con
el mundo de la calle y que le sea inmediatamente
benéfica.

La segunda observación concierne la
estabilización de la presencia del niño en la
calle. En efecto, la experiencia enseña que
las condiciones de internamiento del niño en
establecimientos especializados son frecuentemente
deplorables. Además, el número de niños es
tan elevado que resulta prácticamente
imposible de hacer beneficiar a todos ellos con este tratamiento
y de asegurarles, así, un mínimo
bienestar social y cultural. La libertad en la
calle puede ser preferible a la privación de la
libertad. Es indispensable, en consecuencia, reforzar la
capacidad de autodefensa del niño. Al
respecto, es muy importante acrecentar sus capacidades
cognitivas, afectivas y sociales.

No es de olvidar, además, que una
cultura
particular, con valores y
normas propios
caracteriza el mundo del niño de la calle.
Esta cultura no debe ser considerada como el producto de un
proceso
de desorganización social, ni explicada
comparándola con la cultura de la clase
media.

Nuestro proyecto de
investigación se sitúa en esta óptica:
de un lado, indagar lo que, en el mundo de la calle,
puede ser idóneo para dar al niño más
autonomía en relación con su medio ambiente
y, de otro lado, desarrollar -en la medida de lo
posible- actividades de apoyo en favor del niño que
lucha por su supervivencia y, a menudo,
también por la de su familia.

Esta investigación sobre los
niños de la calle debe realizarse antes de investigar
sobre el consumo
de drogas por parte de estos mismos niños.
Este consumo constituye, aparentemente, una de las
(p.115) prácticas asumida por
los niños para luchar por su supervivencia. Es el caso, en
particular, cuando la inhalación de cola, de
productos
disolventes o de *marihuana
constituye un medio de adaptación a las
condiciones de vida en la calle. Se sabe, por ejemplo, que los
productos disolventes y, especialmente la cola,
disminuyen la sensación de hambre. Esta circunstancia es
una de las causas de la gran difusión de
estas drogas. Pero
más alla de este aspecto , es de percibir tanto la
dimensión social del consumo y como la
dimensión simbólica e imaginaria de la
modificación del estado de consciencia. Este
proyecto de investigación sobre los niños de la
calle busca explorar el contexto en el que se da el
cosumo de la droga y no el
consumo en sí.

Algunos problemas
relativos al consumo de drogas

El consumo habitual y repetido de productos
psychotrópicos es, como todo otro comportamiento
humano, de naturaleza
sistemática. Este comportamiento
puede ser explicado como una la
relacióntriangular entre la
personalidad del consumidor, el
producto que consume y el medio social en el que se
desenvuelve. Tal relación puede ser representada de
acuerdo con el esquema siguiente.

(p. 116) Las flechas que indican la
influencia que ejerce cada uno de estos elementos sobre la
relación bilateral existente entre los otros dos
elementos y representada por los lados del triángulo.
A partir de la constatación de estas
relaciones, es posible, primero, plantear y profundizar una serie
de aspectos y, segundo, precisar, con ayuda de los
resultados obtenidos, las diferentes dimensiones del
comportamiento toxicodependiente. La flecha(I) indica que
el elemento droga influye sobre la relación
existente entre la personalidad
del consumidor y el medio social. Con respecto a este
último, es de distinguir entre (a) el medio
de origen (clase social, familia, escuela,
amistades) y (b) el entorno que corresponde
esencialmente al medio de la droga. Entre las más pobres
poblaciones urbanas, estos dos medios se
entrecruzan; pero, en la mayor parte de los casos no se
confunden. La flecha (I) señala, en
consecuencia, que la droga se interpone entre la personalidad y
el medio. La droga puede constituir una especie de
pantalla, que el consumidor espera cumpla una función de
protección contra el medio; generalmente,
contra el medio de origen. Pero esta flecha también indica
que la droga puede ser consumida para mediatizar
ciertas relaciones entre la personalidad y el medio. Los
tópicos relacionados con los aspectos
señalados por la primera flecha conciernen tanto los
problemas de adaptación y de integración sociales como los de identidad del
consumidor. Sin su producto, el consumidor no esta
en condiciones de afrontar las dificultades que resultan de su
incapacidad de inserción social. La droga
tiene una doble función: constituye un medio tanto para
huir de la realidad como para buscar obsesivamente
una realidad que se desvanece. Esta duplicidad funcional de
la droga es, así mismo, una fuente importante
de conflictos en
el universo
simbólico de la persona dependiente1. Es
alrededor de la droga, en consecuencia, que se organizan las
relaciones entre la personalidad del consumidor
dependiente y el medio social.

La flecha (II) muestra la
influencia que ejerce la personalidad -la identidad- del
consumidor sobre el eje formado por la droga y el
medio (tanto el originario del consumidor como el de la droga).
(p. 117)

El aspecto esencial es el de las
representaciones del niño sobre si mismo y el mundo.
La memoria
del consumidor registra estas representaciones
cuando éste se pone en contacto con su
medioambiente.

Se trata de las representaciones del
consumidor respecto a lo que le relaciona o le separa de
su medio ambiente. Así, se vuelve al tema de
la identidad, ya que ésta está parcialmente
constituida por dichas representaciones. En resumen,
la flecha (II) indica que la identidad del consumidor se
inserta entre la droga y el medio.

Por último la flecha (III), muestra
que el medio interviene sobre el eje formado por la personalidad
y el producto (droga). Los tópicos referentes
a esta relación son el control social,
la socialización y la
adquisición de un estatus social: nos preguntamos
cómo, en el caso del consumidor dependiente,
estas circunstancias han y continúan condicionado
las relaciones entre la personalidad y el consumo de
la droga. Por ejemplo, el medio de origen, o al menos uno de sus
elementos -los compañeros-, es considerado
como intermediario entre la personalidad y la droga. En efecto,
el medio brinda, a menudo, la oportunidad de
consumir la droga por la primera vez. Ahora bien, las
condiciones materiales y sociales -en las cuales se
produce el consumo- influencian frecuentemente impacto
producido por la droga sobre el consumidor.

Las relaciones entre las tres flechas y los
tres ejes o lados de la relación triangular permiten
detectar una serie de temas constitutivos de una
teoría
del comportamiento toxicodependiente. La
investigación empírica debe aportar nuevos
conocimientos sobre la manera en que las diferentes
dimensiones de la toxicodependencia están
relacionadas.

Señalemos, para terminar, que esta
lista de temas no es exhaustiva y que su composición
revela, ante todo, una orientación de tipo
sociológico.

1 Estos propósitos encuentran su
fundamento en un contexto socioeconómico y cultural
particular: la sociedad occidental desarrollada.
Nada indica que puedan ser aplicados al universo de
niños de la calle en América

Latina. En el párrafo
siguiente trataremos de este problema.

La droga, la
identidad y la adaptación: ¿tema apropiado en el
caso de los niños de la calle?

El esquema triangular y la lista de temas
que permite establecer son el fruto de investigaciones
desarrolladas en un contexto socioeconómico y
cultural preciso. Se trata de estudios referentes a los
(p. 118) consumidores opiáceos y, en
particular, a los heroinómanos, así como a
los pluritoxicómanos. La aplicación de
este modelo y la
lista de temas, correspondiente a poblaciones y a un
contexto socioeconómico y cultural diferentes, exige una
prudencia particular. Su utilización
reciente, en Francia, en
relación a consumidores de disolventes ha dado resultados
interesantes 2.

Los niños de la calle3 que viven en
las grandes ciudades de América
Latina pertenecen a una categoría social
diferente a la que, según los estudios aludidos,
pertenecen los adolescentes
y jóvenes adultos europeos 4 que consumen
inhalantes. La miseria, el grado de abandono y las
carencias en el plano de la salud, de la
formación escolar y de la familia,
hacen que la lucha por la supervivencia sea un
problema permanente. Se trata, en primer lugar, de la
supervivencia física que
es también el aspecto más evidente. Esta
lucha y las condiciones en las cuales se desarrolla son
quizás los elementos que diferencian la
situación de estos niños de la de los niños
habitualmente estudiados en Europa.

Sería erróneo, sin embargo,
pensar que la lucha por sobrevivir sólo concierne la
existencia física del niño. En efecto,
algunos niños de la calle (nos referimos particularmente a
los del Brasil)
manifiestan necesidades espirituales. Por ejemplo,
la necesidad de ser respetado por los adultos en general y,
en particular, por los padres, los educadores, la
policía y los jueces. Este respeto es,
igualmente, esperado de la parte de los propios
compañeros. Quizás estemos en presencia de una
aspiración cuyo objetivo es la
*integridad de la persona del
niño y de los pocos objetos que le pertenecen;
aspiración condicionada por el estatus social que el
niño ocupa en la sociedad y que
él siente como un problema de identidad. Al
respecto, es de recordar que una necesidad fuertemente sentida
por el individuo, pero que no puede ser satisfecha,
afecta de manera profunda su identidad. En efecto, la
imagen que tiene de si mismo y de los demás son dos
componentes importantes de la identidad.

(p. 119) En relación con los
niños que no sienten esta necesidad, varias razones pueden
explicar esta actitud. Entre éstas, pueden
señalarse la desconfianza hacia los trabajadores de la
calle o los investigadores, la incapacidad para
manifestarla de manera adecuada, el miedo ante las
consecuencias que podría engendrar tal
reivindicación. Pero existe, tal vez, otra razón de
igual importancia: la imagen negativa
de si mismo debida a las incesantes privaciones padecidas desde
la infancia. Luego, como ya lo hemos dicho, la
imagen de si mismo es un elemento especialmente
importante de la identidad de la persona: para cada
individuo,
constituye la relación indispensable con su
medio social. También influye en la imagen que se hace de
los otros.

Pero la existencia del niño de la
calle también esta marcada por la ausencia de referencias
estables.

Toda relación puede ser perturbada
por un acontecimiento imprevisto y súbito. Una gran parte
de la energía y de la atención del niño es movilizada por
los peligros potenciales de su medioambiente.

Está constantemente en movimiento con
el fin de protegerse. Sabe reconocer, en su medioambiente,
con facilidad los signos de
peligro o de ocasión favorable. Tiene un sentido muy
desarrollado de laobservación y es capaz de
percebir rápidamente cualquier signo, cualquier
acontecimiento directamente vinculado a su
supervivencia. Debe asumir constantemente el presente, el
momento que vive; esto le exige un gran esfuerzo
síquico y afectivo. Esta energía es agotada por la
instabilidad de las relaciones sociales que
caracterizan el mundo de la calle; sin embargo, los
renovados esfuerzos del niño para
reconstituir sus defensas son asombrosas!.

En el mundo de la calle, innumerables
señales
están directamente relacionadas con la lucha
cotidiana por la supervivencia. Pero estas
señales no pueden ser consideradas como substitutos puros
y simples de objetos de referencia permanentes y
estables. En realidad, éstos son asimilables a
indicaciones que provocan en el niño -generalmente
de manera inmediata- ciertas conductas en lugar de
otras. Así, pues, no se trata de modelos de
comportamiento sino de elementos que desencadenan
una actividad. El niño de la calle ha aprendido,
desde su tierna infancia,
cómo estas señales están
relacionadas con su supervivencia. Esta circunstancia ha
naturalmente (p. 120) condicionado, durante
el proceso de socialización, su aprendizaje de
las diferentes normas. La presencia de estas
señales ha condicionado la inserción, en la
personalidad del niño de la calle, de las normas
preceptivas, de evaluación
y de comportamiento. Al respecto, es de recordar que estas
normas constituyen, de una parte, el intermediario
indispensable entre el individuo y su medioambiente social
y, de otra parte, un elemento integrante de su identidad.
La hipótesis que se puede formular es
la siguiente: las normas filtran y retienen todo lo
que concierne la situación inmediata, en detrimento
de una percepción
relacionada con el porvenir5. Esta hipótesis
deberá ser verificada en el marco de la
investigación sobre los niños de la calle. A
esta abundancia de señales inmediatas corresponde
una falta de objetos de identificación
duraderos, como personas adultas que sirvan de modelo para
el niño. Esta carencia aparece desde la
más temprana infancia, ya que las familias de las
clases sociales más pobres se caracterizan, a
menudo, por la inestabilidad crónica de las
relaciones conyugales. Las familias organizan la
supervivencia material, sin poder *satisfacer siempre las
necesidades de identificación de los niños;
en particular, de los niños de sexo
masculino. Entre los niños de la calle, hay
algunos que nunca han conocido sus padres porque fueron
abandonados a su nacimiento y otros que abandonaron
su familia por causa de la miseria y/o de las relaciones
conyugales de sus padres. En estas familias, el padre esta,
frecuentemente, ausente o bien su presencia es
pasajera. Los compañeros de la madre son también
padrastros de los hijos de otros hombres que les han
precedido en el hogar. Las relaciones entre estos hombres y los
niños que noson suyos son a menudo
impregnados de una gran violencia.
Miseria y violencia se conjugan y aceleran el
abandono del hogar por el niño. También existe el
niño que abandona su familia porque se da
cuenta que la calle le permite satisfacer más
fácilmente sus necesidades materiales.
Algunos niños conservan con su familia un
contacto más o menos continuo.

2 P. Angel, "Adolescence et solvants",
Echo-Centurion, Paris 1987.

3 R. Lucchini, "Identité et survie :
les enfants de la rue au Brésil" Working Paper 118,
Institut des sciences économiques et
sociales, Universidad de
Fribourg 1988.

4 Ver: D. O'Connor, "Glue Sniffing and
Volatile Substance Abuse", Gower 1986

 

(p. 121)La cuestión
concerniente las necesidades y el proceso de
identificación entre los niños
brasileños de la calle no ha sido aún objeto
de un estudio específico. Por el contrario, existen
sobre este tema pasajes, más o menos largos,
en la mayor parte de estudios sobre los niños habitantes
de la calle. En estos se indica que el niño
de la calle se caracteriza por su identificación
insuficiente con los modelos de adultos estables 6.
Esta constatación es en sí misma importante, pero
debe ser profundizada. En efecto, los problemas
relacionados con la identidad y con el proceso de
identificación han sido analizados en un contexto
socioeconómico y cultural muy diferente al contexto
brasileño. Además, el tema de la identidad ha
sido históricamente, sobre todo, tratado en las
ciencias sociales en relación con los
individuos pertenecientes a vastos grupo de la
clase media. Es de preguntarse, en consecuencia,
cómo se presenta el problema de la identidad para el
niño de la calle,* sobretodo, sí tiene
la misma importancia que en las sociedades
donde la mayoría de la población
pertenece a la clase media. Sin embargo, ciertas
aplicaciones realizadas, en *Estados Unidos
desde los años veinte, sobre grupos
pertenecientes a la clase media han dado resultados interesantes
en relación con la identidad de individuos
que no pertenecen a dichas clases medias. En numerosos
trabajos sobre inmigrantes y jóvenes delincuentes,
se ha planteado la problemática de la
adaptación social en términos de
identidad deficiente o insuficiente7.

5 Este problema concierne una
relación con el tiempo y los
sucesos que los autores latinoaméricanos llaman
"inmediatismo". Ver: Riccardo Lucchini, "Identité et
survie : Les enfants de la rue au Brésil", Working Paper
118, Universidad de Fribourg 1988, pp.
23-29.

6 Educadores de la calle, participantes a
un seminario en
Porto Alegre (Brasil) del 13 al 15 de julio de 1987,
hablaron de sus contactos con los niños de la calle:
"El niño tiene el deseo de ser protegido, la
fascinación por la seguridad y la
estabilidad". Este deseo y esta fascinación corresponden a
deseos cuyos diferentes grados de
satisfacción determinan tipos de identidad
diferentes. Respecto al tema de la identidad, ver: A.S. Orsetti
et al., "Meninos de rua : educacao en meio aberto",
Barvalle, Belo Horizonte 1987; C.A. Luppi, "Malditos Frutos
do Nosso Ventre", Icone, Sao Paulo 1987; L. de
Medeiros, "A criança de favela e sua visao do mundo :
uma contribuiçao para repensar da escola",
Dois Pontos, Rio de Janeiro 1986; M.L.V. Violante, "O dilemma
do decente malandro", Cortez, Sao Paulo 1985; R.S.V.
Arruda, "pequenos Bandidos", Global, Sao Paulo 1983;
S.

Cheniaux, "Trapaceados e Trapaceiros",
Cortez, Sao Paulo 1982; R.M. Fischer Ferreira, "Meninos da
rua", CEDEC, Sao Paulo 1980; Z. de Andrade
Gonçalves, "Meninos de rua e a marginalidade en Belem",
Salesianos do Pará, Belem 1979.

7 La principal objeción que se puede
hacer a estos estudios del comportamiento irregular concierne la
noción de identidad insuficiente,
noción evaluada en relación a standards de vida y a
modelos de comportamiento propios a la clase media y
a los cuales los miembros de las clases menos favorecidas no
pueden conformarse. Los autores se refieren a una
subcultura propia a las más pobres. Ver: J. Thrasher, "The
Gang", Chicago 1927; Th. Sellin, "Culture Conflict
and Crime", New York 1938; A. Cohen, "Delinquent Boys", Glencoe
1955; W.B. Miller, "Lower Class Culture as a
Generating Milieu of Gang Delinquency", dans : Journal of Social
Issues, 14, 1958.

(p. 122) Gracias a la fertilidad de
las teorías
de la identidad y de sus múltiples aplicaciones, se
puede suponer que el consumo de drogas por los
niños de la calle esta relacionado, entre otros
problemas, al de la identidad. El modelo triangular
-personalidad, droga y medio- será aplicado como
guía para interpretar el material y las
informaciones recogidas sobre el terreno. La investigación
sobre los niños de la calle permitirá
obtener un material importante sobre el medio social, así
como sobre la manera de adaptarse a dicho medio. Es
sobre este material que podrá ser integrada la
investigación concerniente al consumo de la
droga. Aun cuando la hipótesis de la identidad sea
insuficiente para definir el problema del consumo de
droga por los niños de la calle, nos parece indispensable
utilizarlo.

En primer lugar, interpretaremos el consumo
de droga como un medio utilizado por el niño para
afrontar sus problemas de adaptación a su
medioambiente. Se tratará, entonces, de saber cómo
este consumo se inserta en las diferentes estrategias de
supervivencia del niño y qué lugar
ocupa.

También se puede suponer que el
niño consume drogas para paliar la ausencia de un objeto
de identificación. En este caso, el consumo
de inhalantes (por ejemplo, la cola) o de productos del
canabis estaría relacionada con el problema de la
identidad. Desde este punto de vista, habría que
diferenciar entre el caso de los inhalantes y el del
canabis, que presentan diferencias en relación,
tanto a la edad en la que son consumidas como a la
situaciones en que tiene lugar el consumo.

Generalmente, en el Brasil, los
niños comienzan con inhalantes y pasan después a
productos del canabis (macunha).

Se puede suponer, en consecuencia, que esas
drogas cumplen diferentes funciones.
Siguiendo a B.

Carlini-Cotrim, puede también
pensarse que el consumo de inhalantes sea valorada por la
subcultura a la que pertenece el niño de la
calle8. Valorizada por el grupo social al que pertenece el
niño, relacionada al problema de la identidad
y respondiendo a ciertas necesidades síquicas (el hambre,
(p.123) por ejemplo), la
utilización de inhalantes se basaría en un conjunto
de motivaciones propias al mundo de la calle. Sin
embargo, la hipótesis que nos parece la más
interesante es aquella que sostiene que la droga
cumple una función de intermediario entre el niño
de la calle y el medio en el que se desenvuelve.
Esta función es doble: de una parte, ayudaría a
huir de la realidad ("la droga hace raro, permite
soñar") y, de otra parte, permitiría el control de
esta realidad ("la droga disminuye la ansiedad y el
miedo, da seguridad").

Saber cuándo y cómo el
niño consume las diferentes drogas y con qué
relaciona este consumo nos parece de cierta
importancia. Las explicaciones y las teorías desarrolladas
en los paises industrializados de occidente son
frecuentemente empleadas sin previa reflexión sobre la
nueva realidad a la cual son aplicadas. Se peca
así de exceso de etnocentrismo. Sin embargo, cuando
tales esquemas de análisis se revelan adecuados, permiten
progresar en el
conocimiento de lo que conduce los individuos a
consumir drogas.

¿Cuales son los efectos
prácticos de una investigación sobre los
niños de la calle que consumen drogas? De un
lado, permite desarrollar nuevos instrumentos de
investigación en el campo de la droga. De
otra parte, si el consumo de drogas aparece como un medio
útil para el niño con el fin de
sobrevivir en la calle, el conocimiento de este
comportamiento facilita el trabajo y
lo hace más eficaz.

Las dos partes de
la investigación

A nuestro conocimiento, ningún
estudio sistemático ha sido todavía realizado, en
América
Latina, sobre el problema de los niños de la
calle y el consumo de drogas. En el Brasil, donde este
consumo está bastante generalizado,
sólo un trabajo exploratorio y no publicado era disponible
en 1987.9 Un trabajo de investigación
referente a la ciudad de Brasilia estaba en gestación. 10
Este problema es, evidentemente, mencionado en
diversos estudios sobre los niños de la calle, pero en
ninguno se desarrolla un análisis
sistemático (p. 124) del fenómeno. Existe
así un vacío en el dominio de
los trabajos publicados y accesibles en
librería. Por el contrario, sería necesario indagar
en cuanto a los trabajos inéditos y a los
documentos.

8 B. Carlini-Cotrim, "O consume de
solventes e outras drogas em crianças e adolescentes de
baixa renda na grande Sao Paulo", manuscrit
non-publié 1987, p. 12.

9 B. Carlini-Cotrim/E.A. Carlini, op.
cit.

10 R. Bucher, CORDATO, CLN 205-Bloco D –
70843 Brasilia.

Las nociones que pueden muy bien resumir
los objetivos de
nuestro proyecto de investigación son las
siguientes: documentación, comparación y
prevención. Estos son desarrollados en los dos
acápites siguientes.

4.1. La parte
documental.

Antes de abordar el campo del consumo de
drogas, aparece indispensable realizar, en algunos
países y organizaciones
internacionales, una investigación de orden documental.
Este trabajo concierne, esencialmente, cuatro
dominios:

a) El mercado
"informal" constituido por los documentos inéditos como
los informes de
expertos, resúmenes de seminarios o cuadernos
de notas de educadores de la calle. Entre las instituciones
en las cuales es de indagar la existencia de este
material, cabe señalar en particular: los
ministerios suceptibles de ser interesados por el
problema de la droga (Salud
pública, Educación, Justicia),
los organismos, privados o públicos, activos en el
dominio de la prevención y de la asistencia a los
toxicómanos y, por último, instituciones
universitarias. De manera subsidiaria, se debería
considerar la posibilidad de contactar algunos
jueces de menores y parroquias. En cuanto a las
organizaciones internacionales, es de pensar,
especialmente, en la UNICEF, OMS, el BIT y la División
de estupefacientes de las Naciones Unidas
(Viena). Entre las Organizaciones no gubernamentales
ONG), debe tomarse en cuenta el BICE (Oficina
internacional católica de la infancia), CHILHOPE y
DIE (Defensa internacional de la infancia). Esta lista no
es exahustiva y puede ser modificada.

b) El segundo campo es el de la prensa hablada y
escrita. El objetivo no es el de analizar el contenido
de todo lo que se ha publicado sobre los niños de la
calle y la droga. Se trata, más bien, de tomar
contacto con los periodistas que conocen el problema de los
niños de la calle y que poseen una
documentación sobre el particular. (p. 125)
Complementariamente, es de pasar revista los
principalesórganos de prensa.

c) El tercer dominio concierne los
educadores de la calle. El objetivo no es de proceder mediante
la técnica del muestreo, sino de
recoger testimonios significativos sobre el niño de la
calle y la droga.

d) El cuarto dominio, referente al mercado
del libro y la
investigación bibliográfica, es de más
fácil acceso que los tres precedentes y no
presenta mayores dificultades.

Si, en primer lugar, la busqueda de
documentos concierne el consumo de drogas por parte del
niño, comprende también otros temas;
por ejemplo:

a) tipos de drogas y mercados de la
droga en los diferentes paises;

b) política de
prevención y de represión en los diferentes
paises;

c) supervivencia de la utilización
ritual y tradicional de hallucinógenos en capas
populares urbanas;

d) la consumo de drogas y la
extensión del alcoholismo en
las mismas capas populares.

Esta búsqueda de documentos es
importante debido a que concierne el contexto más amplio
en el que se sitúa el niño de la
calle. El objetivo es realizar un balance de los diferentes
aspectos de la situación. Al término
de esta indagación, se podrán descubrir las lagunas
existentes en la documentación y proponer las
investigaciones para colmarlas.

La documentación sobre el consumo de
drogas de parte de los niños de la calle será
seleccionada en función de los temas
siguientes:

a) la calle y la barriada como
ámbito de vida;

b) las bandas de niños y de
adolescentes y su subcultura;

c) la socialización del niño
pobre entre el hogar y la calle;

d) la evolución del niño hacia la edad
adulta;

e) los desplazamientos del niño en
la ciudad y de una ciudad a otra;

f) relatos e historias
biográficos;

g) el acceso a la droga y las modalidades
de consumo;

h) utilización de niños en el
tráfico de drogas.

(p. 126) En las entrevistas a
realizarse con las personas que estan en contacto con los
niños (educadores de la calle, periodistas,
jueces de menores, sacerdotes, responsables de proyectos
de asistencia social) se abordaran esos mismos temas
y además algunos otros, como por ejemplo:

a) drogas utilizadas y frecuencia de
consumo;

b) funciones de la droga en el grupo de
niños;

c) iniciación en el consumo de la
droga y situaciones típicas de consumo;

d) utilización del alcohol como
substituto o como complemento de la droga.

La búsqueda de documentos y el
aspecto empírico de la investigación no
cubrirán el mismo periodo.

A partir de la documentación
obtenida y de acuerdo con el modelo triangular, será
posible establecer una lista de tópicos y
problemas correspondientes a la segunda parte de la
investigación. Además, la primera
encuesta sobre
los niños de la calle y su supervivencia
proporcionará también informaciones
valiosas para la elaboración de dicha lista. Todo
esto nos facilitará la tarea de definir las técnicas
de investigación en el terreno.

Por razones de tiempo, medios y eficacia, la
búsqueda de la documentación sólo se
llevará a cabo en algunos de los
países latinoamericanos. Con este objeto, se ha tomado en
consideración los países donde existen
concentraciones importantes de niños de la calle. Es el
caso de México,
Venezuela, Perú, Colombia, Brasil
y Argentina. La situación en este último
país, en cuanto a este fenómeno de
concentración, esta muy lejos de parecerse a la de
los otros países mencionados. La existencia de
niños de la calle es, a diferencia de lo acaecido en
los otros países, un fenómeno reciente y
producto de la difícil situación
económica que vive actualmente Argentina. Estas
circunstancias justifican que sea considerada para
los efectos de esta investigación. El caso de Chile
requiere una posterior evaluación.

(p. 127) 4.2. La parte
empírica.

La realización de este aspecto de la
investigación presenta un gran número de problemas
teóricos y prácticos. Su inicio debe
ser, en consecuencia, preparado cuidadosamente. Terminada la
búsqueda de documentos, se dispondrá
de tres instrumentos de trabajo indispensables para completar
y concretizar el esquema conceptual de la parte
empírica. Estos instrumentos son:

1. los resultados de la encuesta sobre los
niños de la calle y su lucha por la
supervivencia,

2. los resultados de la
investigación de documentos,

3. el esquema triangular.

El material recogido mediante las dos
encuestas
será, en consecuencia, analizado conforme al
esquema triangular. Esto permitirá, primero,
formular con más precisión nuevas hipótesis
de trabajo y, luego, testar en qué medida el
esquema triangular puede ser utilizado en el caso de los
niños de la calle. Sólo después
de terminado este trabajo, será factible juzgar si -y
cómo- la investigación empírica
será realizable.

Aún no es posible de presentar, en
detalle, los métodos de
investigación aplicables a la
recolección de datos; en
razón a que la parte empírica concierne un dominio
que, hasta hace dos años, era
prácticamente desconocido. Esta circunstancia
confiere a la parte empírica un carácter sobretodo
experimental. Las técnicas tradicionales del
muestreo, de la encuesta o de entrevistas estructuradas
no son adecuadas al problema del consumo de drogas por
parte de los niños de la calle. Al contrario
y debido a que responde a la curiosidad del niño,
una técnica adecuada es la entrevista
libre a realizarse cuando una ocasión
favorable se presenta. La misma importancia tiene la
técnica de la observación y sus
diferentes grados de participación. La colecta de material
etnográfico y documentos iconográficos
(fotos, dibujos)
constituye, igualmente, una técnica interesante. Si
mucho queda por hacer en el dominio de las
técnicas, es indudable que, conforme a las circunstancias,
se deberán imaginar nuevas técnicas de
investigación adecuadas al estudio del problema del
niño de la calle.

(p. 128) Volvamos brevemente al
problema de la identidad y de la adaptación, tratado en el
tercer acápite. El niño de la calle,
como todo otro niño, esta confrontado a la dificultad de
definir el lugar que debe ocupar en el medio social.
Esta dificultad forma parte de un proceso pleno de incertidumbre
y cuyo éxito
no está, anteladamente, asegurado. Las incertidumbres,
propias a esta lucha por la supervivencia, son
debidas al hecho que la delimitación de los derechos y deberes no
está claramente precisada. Las condiciones en
que tiene lugar la lucha por la vida varían continuamente
y el niño debe, en consecuencia, adaptarse
rápida y cotidianamente. El debe reaccionar
inmediatamente a cada uno de los sucesos diarios. No
dispone de la continuidad necesaria para la
formación de un status y de una identidad estables
que son, en buena cuenta, los dos
intermediariosmás importantes entre el
sujeto, en nuestro caso el niño de la calle, y su medio
social. Estos intermediarios desempeñan la
función de filtros por los cuales pasan los
estímulos provenientes del medio ambiente
(impresiones, percepciones, observaciones).

Como dice A. Dashefsky11: "…identity is
the sector of the personal system
that maintains personal continuity through the
coherent organization of information about the individual". La
permanencia de la continuidad de la historia personal pasa, en
consecuencia, por una organización coherente de las
relaciones entre el individuo y su medio. La identidad es
un sistema compuesto
de cuatro elementos:

la identidad social, la identidad personal,
la conciencia de
sí mismo y la identidad del yo (A.
Daschfsky). Los dos primeros elementos corresponden a las
definiciones y juicios formulados por los
demás sobre un individuo . El tercero esta
constituido por la percepción y la imagen del
individuo sobre sí mismo y, el último,
corresponde a las imágenes
parentales que las personas han interiorizado en la
infancia. Estos cuatro elementos funcionan como conexiones entre
el individuo y su medio. Este sistema constituye una
unidad en la medida en que los cuatro elementos se
condicionan recíprocamente. La identidad es
pues un sistema abierto hacia el medio y que modela la imagen
que el individuo se hace del mundo que le circunda.
No se trata de un conjunto estático, (p. 129) sino
de un sistema que se caracteriza por una constante
redefinición de las relaciones existentes entre sus
elementos. La importancia de esta redifinición no es
la misma en todos los casos ni en todos los medios
sociales. Varía en función de la
socialización y de las competencias
sociales acumuladas por los individuos. Al respecto,
se puede hablar de diferentes grados de flexibilidad intelectual
y de diferentes grados de empatía*. La
socialización de los niños de la calle esta
caracterizada por la inestabilidad de las relaciones
afectivas con el mundo de los adultos. Inestabilidad que se
repercute sobre el sistema de la identidad marcada
por una concepción negativa de sí. Una
identidad sobredeterminada condicionará todo
lo que el niño tratará de hacer y la mayor parte de
sus reacciones frente a los demás.
Así, la desconfianza y la necesidad de atenciones son dos
constantes del comportamiento de los niños de
la calle12. El problema de la adaptación concierne el
instante presente: un peligro surge, una
ocasión favorable se presenta. No existen plazos largos en
la vida del niño, ya que todo es
constantemente cuestionado. Tal situación ejerce una gran
coacción sobre quien la padece, puesto que es
una devoradora insaciable de los recursos
sicoafectivos. La hipótesis, en este dominio,
sería que el consumo de inhalantes y de los productos del
canabis reduce la presión ejercida por esta
coacción cotidiana. Resulta aquí necesario
determinar la facilidad, más o menos grande,
de obtener la droga. Los inhalantes no son prohibidos y se les
encuentra por todas partes. El niño los puede
obtener sin mayor dificultad. Nada de raro, en consecuencia, que
estos productos sean consumidos masivamente por los
niños de la calle. El precio es otro
factor que interviene. El ejemplo de la
evolución del consumo de estos productos en una de las
ciudades-satélites
de Brasilia resulta bastante instructivo. La
evolución ha sido fuertemente influenciada por el
encarecimiento de la marihuana (macunha) entre 1985
y l987. Encarecimiento que se inserta en la espiral
inflacionista general y cuya progresión se
intensificó durante el año de l988. Esta es la
razón de por qué el consumo (p.
130)
de inhalantes (en particular, de la "cola de zapatero")
tiende a substituir el de la marihuana. Este
fenómeno concierne a todos los sectores, pero sobre todo a
los niños más jóvenes que
comienzan a consumir drogas. Ellos no tienen acceso al mercado de
la marihuana porque, de una parte, no pertenecen
aún a uno de los grupos que ya accede a este producto y,
de otra parte, no poseen el dinero
necesario para adquirirla. La carestía de la marihuana
determina su secases y los niños mayores se
resisten a proporcionarla a los niños que carece de
dinero para
pagar el precio elevado. Los niños se vuelven
hacia los inhalantes, lo que va constituir su primera experiencia
con el consumo de las drogas. El
encarecimiento de la marihuana constituye, aparentemente,
también el factor determinante para el
consumo, simultaneo o alterno, de diferentes productos
sicótropos (por ejemplo,
medicamentos).

11 A. Dashefsky (Ed.), "Ethnic Identity in
Society", Rand McNally, Chicago 1976, p. 5.

12 La identidad del niño de la
calle, como toda otra identidad, no es de fácil acceso.
Así, en el marco de la encuesta (1) sobre el
niño y la calle, renunciamos a forzar el acceso por la
utilización de técnicas habituales que
estarían destinadas al fracaso (cuestionarios,
test). Es
más a partir de la observación de las
actividades cotidianas del niño en la calle
que vamos a llegar a su identidad y, en consecuencia, a su manera
de concevir el mundo en el que vive.

Este ejemplo brasileño muestra como
la escasez de un
producto no tiene, necesariamente, el efecto de
hacer disminuir el consumo, sino que engendra un proceso de
substitución de un producto por otro. Si la
escasez de una droga no esta acompañada de un mejoramiento
de las condiciones de vida de los niños,
provoca no sólo la búsqueda de nuevos productos,
sino también de nuevas mezclas.
En la ciudad-satélite citada, se
remplazó la marihuana por las mezclas de alcohol,
medicamentos e inhalantes.

Tanto el tipo de droga consumido como las
mezclas de diferentes productos depende también del
esfuerzo que el niño está dispuesto a hacer
para obtenerlos. No se trata sólo de un esfuerzo
pecuniario sino también de cierta actividad que debe
realizar para procurarse el producto13. En el
Brasil, los inhalantes son los productos más
fácilmente accesibles; por tanto, los más
consumidos por los niños de la
calle.

Como ya lo hemos dicho, el consumo de
drogas por parte del niño de la calle, en América
Latina, no ha sido aún objeto de un (p.
131)
estudio sistemático. Nuestras hipótesis
restan provisionales y pueden ser, a cada instante,
modificadas, remplazadas, completadas. La razón principal
de la parte documental de la investigación es
de permitir una mejor definición del marco conceptual de
la parte empírica. Como por la encuesta sobre
el niño de la calle y la supervivencia, la parte
empírica será, por lo esencial,
realizada con la colaboración de los educadores de la
calle y de los asistentes sociales que están
en contacto cotidiano con los niños. Ellos son, en efecto,
los únicos aptos a vencer la desconfianza de
los niños hacia todo lo que le es ajeno. La
observación general y la observación
participante serán las principales técnicas
utilizadas. El consumo de drogas no debe ser aislada,
artificialmente, del contexto cotidiano. Sólo el
conocimiento de este contexto nos puede revelar el
sentido oculto del consumo de drogas por parte del
niño de la calle.

El objetivo de la investigación es
de descubrir, teniendo en cuenta el contexto social y
cultural específico, qué funciones el
consumo de droga cumple en la existencia del niño de la
calle. Tenemos así la ambición de
descubrir algo a propósito del sentido que el niño
da a éste consumo. Este objetivo es el
más delicado que se espera alcanzar. Somos conscientes que
sin un cambio de las
condiciones de vida del niño de la calle, el
consumo de drogas permanecerá muy importante. En todo
caso, situando este consumo en un contexto social y
cultural particular, podremos formular proposiciones
concretas respecto a la prevención secundaria
y terciaria. Suponemos que no se puede aplicar, sin
modificación, los modelos de prevención
habituales. Pero, ¿existe una prevención
secundaria específica a la calle que no
obligue el niño a abandonar la calle?

Los países comprendidos por la parte
empírica de la investigación serán los
mismos en donde se realice la indagación
documental. La perspectiva cualitativa escogida es la mejor y,
con el fin de obtener los mejores resultados, debe
ser aplicada a un número limitado de casos. Por esta
razón, así como por razón de
eficacia, pensamos realizar parcialmente la parte empírica
de la investigación en los proyectos
referentes al estudio del problema de los niños de la
calle.

(p. 132) A manera de
conclusión, desearíamos formular, brevemente,
algunas apreciaciones sobre el sentido que se puede
dar al consumo de drogas por parte de los niños de la
calle.

Se considera que el consumo de drogas
acompañado de un estado de
tóxico-dependencia es dañino tanto
para el consumidor como para la sociedad. El consumo es condenado
en nombre de una concepción del hombre,
según la cual el ideal es que pueda vivir en
harmonía consigo mismo y con su entorno. Pero
para que esta harmonía pueda existir es necesario que
existan ciertas condiciones relacionadas con la
familia y la educación, la
escuela y la formación profesional, la calidad del
habitat y de la ciudad, el respeto de la persona y
sus derechos y, por último, la situación
político-social y económica. El
consumo de drogas se da, sin embargo, frecuentemente cuando esta
harmonía no existe o está muy
amenazada. El niño de la calle está lejos de gozar
de tal harmonía. El consumo de drogas
deviene, en este caso, bastante probable. Un adolescente,
habitante de una favela brasileña,
señalaba la ausencia, en su *medio de vida, de
referencias con connotaciones positivas: todos los
días, al despertar, la misma confrontación
con la ruina, la miseria y la falta de perspectivas. La
repetición diaria de esta experiencia deviene
insoportable. Sandrino, es su nombre, debe colocar,
cada mañana, una pantalla entre él y la
realidad: según él, para no volverse loco. Consume,
cada vez más, droga; en particular, la
"macunha" (marihuana) en alternancia con inhalantes.
¿Cómo decirle de abandonar la droga,
si no se le puede ofrecer una real alternativa de
vida?.

13 Este precio depende, evidentemente,
también de numerosos otros factores, por ejemplo la
valorización del producto por parte del
grupo, los riesgos
físicos que supone la busquela del producto, las ventajas
que el niño puede obtener de la
participación en el comercio del
producto, el apoyo logístico que el grupo puede brindar,
la actitud de la policía hacia el
niño, en general y, en particular, en relación con
la droga.

 

 

 

 

 

Autor:

Mauricio Juan Reyes
Baldeón

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter